jueves, 30 de enero de 2014

el taylorismo

Partiendo de las condiciones laborales generadas por la aplicación de las teorías organizativas desarrolladas por Taylor, el presente capítulo tratará de inferir como la rigidez de las premisas del citado modelo, que anulaban la capacitación y desarrollo de los trabajadores de una organización y que el conocimiento existente en esta organización fuera considerado como un recurso esencial en la evolución y desarrollo de una "sociedad empresarial".

Esta puesta en valor del conocimiento ha permitido que, paulatinamente, las distintas corrientes y modelos organizativos surgidos tras el taylorismo, incorporen mayores cuotas de conocimiento a los procesos productivos, y en consecuencia, se tome mayor conciencia de la importancia del desarrollo del conocimiento en las organizaciones en dos estadios:
Un primer nivel referido al conocimiento individual de cada trabajador, bajo la definición de competencias según los principios de saber (conocimiento técnico), saber hacer (conocimiento práctico) y saber ser (conocimiento actitudinal).
Un segundo nivel referido al conocimiento agregado del conjunto de trabajadores para configurar una organización inteligente, que permita desarrollar competencias distintivas frente a sus competidores.
Taylorismo o el conocimiento focalizado al puesto de trabajo.
Desde el punto de vista técnico, se puede decir que el sistema taylorista, también denominado sistema de organización científica del trabajo, que se inicia a principios del siglo XX y se prolonga hasta la mitad del mismo, analiza y estructura la secuencia de movimientos más apropiados en cada puesto de trabajo, de manera que el tiempo empleado para realizarlos sea el menor posible, para de esta forma mejorar la productividad en cada puesto de trabajo.

- Aumento de la destreza de los obreros.
- Ahorro de tiempo que se pierde al pasar de una clase de trabajo a otro.
- El invento de un gran número de máquinas que facilitan y acortan el trabajo.

-Producción de mercancías estandarizadas para mercados de masas estables.

- Descalificación de la fuerza de trabajo, pérdida del virtuosismo artesanal, parcelario y repetitivo, individualización del trabajo.
- Control de métodos y tiempos para reducir el ámbito temporal de las operaciones.
- Alto grado de estandarización de las tareas y de las máquinas empleadas. Para llevar a cabo estas características era preciso reunir, desde el punto de vista del conocimiento, tres condiciones:
- Conocer los procesos mecanizados necesarios que permitan la transformación de las materias primas.

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